CAPITULO 1
- Tu -
"Justin Bieber no pudo esperar a orinar en el baño como una persona civilizada y optó por hacerlo en el primer lugar que encontró disponible: el cubo de la fregona localizado a la salida de un restaurante.
Tal decisión la tomaba el cantante a principios de año cuando abandonaba un restaurante en Nueva York acompañado de su grupo de amigos. Mientras Justin Bieber protagonizaba este bochornoso clip, sus amigos celebraban entre risas la hazaña, tal y como se ve en el vídeo difundido en la revista TMZ.
El cantante, en cambio, no duda en rematar la faena. Justin Bieber cogía un pulverizador y rocía con líquido de limpieza una fotografía de Bill Clinton mientras insulta al que fue presidente de Estados Unidos."
Este tipo de noticias rodeaban mi día a día desde hacía unos cuantos meses. Aún con diez y ocho años había conseguido lograr un sitio en una conocida agencia de reportajes, de entrevistas y fotografía.
Mi propósito no era perseguir a mi ídolo con un micrófono preguntándole todo tipo de estupideces, ni redactar las noticias que llegaban a la oficina, pero me habían dicho que para llegar a ser modelo de fotografía y salir en reportajes, tenía que empezar por esto. Y aquí me encontraba.
Mi nombre es _______ y, aunque mi nacionalidad era española, hacía unos años que me había mudado a EEUU con el fin de conseguir oportunidades.
La vida no estaba de mi parte y, aunque confiaba en que todas las noticias que llegaban eran simplemente rumores, mi corazón resquemaba tratando de encontrar la forma de poder defenderle.. Aunque poco podía hacer persiguiéndole con un estúpido equipo de fotógrafos.
Había tenido que verlo esconder su cabeza varias veces mientras miles de flashes relucían en su cuerpo, y sabía que esto no era bueno para su carrera. Yo no podía luchar contra las fotos ni los vídeos que la gente subía a las redes sociales y terminaba leyendo en una revista.
Y esto era mi jodida vida. Sola, en una gran ciudad, tratando de seguir el camino correcto que me llevaría a mi sueño. Pero sabía que yo tenía mi límite, sabía que no aguantaría la presión durante mucho más tiempo.
Y sabía que mi límite esta cerca.
- Justin -
Eran las diez de la mañana del sábado. Un jet privado me esperaba en el aeropuerto para viajar hacia Las Vegas donde acompañaría a Floyd en su combate.
Bajé del hotel con una camisa blanca que transparentaba un poco mi torso y unos pantalones, obviamente bajos, de color negro carbón, el cual combinaba con unas supras rojas que había comprado hacía muy poco. Mi pelo estaba bastante despeinado debido a que estaba recién levantado.
- ¿Lo pasaste bien ayer en el club?- preguntó Kenny mirándome de arriba a bajo.
- ¿Por qué lo preguntas?- dije frunciendo el ceño.
- Llevas unos pelos...- dijo reprimiendo una sonrisa.
- Me acabo de levantar- dije haciendo una mueca- ¿Qué esperas?- pregunté molesto.
- Bro' relájate- dijo rápidamente- Solo bromeaba.
- ¡Oh! ¡Está bien! Es que estas historias me cansan- dije subiendo a la furgoneta que nos esperaba afuera del hotel.
- ¿Qué historias?
Dentro de la furgoneta el se posicionó a mi lado, ya que Josh conducía esta vez.
- Los rumores- suspiré frustrado- Cada vez que salgo de un club vienen mil historias detrás: que si he fumado, que si he subido a chicas la hotel, que si he agredido a un paparazzi...- enumeré.
- Pero tu deberías estar acostumbrado a eso, Justin- dijo intentando tranquilizarme.
- Uno nunca llega a acostumbrarse a eso, man- suspiré por segunda vez- Me siento como si en verdad hiciera algo enfermo, pero lo único que hago es salir a un club y beber un poco de alcohol.
- Cualquier niño de tu edad hace esas cosas, pero contigo es diferente.
- ¿Por qué?- cuestioné rápidamente.
- A ti te hemos visto crecer, hemos estado a tu lado desde pequeño y no es agradable para tu madre, Scooter o yo mismo verte juntarte con gente que sí hace cosas malas.
- No son unos santos, lo reconozco- Kenny rió- Pero son los únicos que han estado ahí cuando he estado abajo.
- Tu madre y Scooter también te han apoyado mucho.
- Pero tengo 19 años, Kenny. No puedo ir todo el día con mi madre y Scooter- dije bromeando.
- Búscate una chica- rió.
- Si no me buscaran por mi fama...
- Sé que algún día encontrarás a la indicada- me dio unos golpes en el hombro- Y será pronto.
- Si la encuentras preséntamela, tío- dije riendo.
- La encontraremos.
Y ambos reímos tratando de alejar los malos royos de mi cabeza, ya que en este mundo o disfrutas de cada momento apartando los rumores y dramas, o eres infeliz.
- Tu -
Las nueve de la mañana y ya me encontraba en el aeropuerto esperando a que mi ídolo apareciera por allí para poder recriminarle y preguntarle sobre la última noticia que habían publicado sobre él. Y sí, esta vida era una mierda, pero tan solo esperaba que él estuviera de buen humor y así no tener que sufrir publicando algo que obviamente le perjudicaría.
Me repasaba una y otra vez la libreta donde traía las preguntas anotadas tratando de darle una entonación que no sonara tan brusca, pero nada daba resultado.
Mi teléfono móvil, el cual llevaba en la mano, comenzó a vibrar y, rápidamente, lo desbloqueé para leer el mensaje que me habían enviado.
Mensaje de Alisha: "¿Donde está mi camiseta azul que me compré ayer?"
Alisha es mi hermana, la cual vivía conmigo en el apartamento. Era la única que tenía totalmente cerca, ya que mis padres estaban viviendo en España.
Alisha y yo nos pasábamos los días peleando por la ropa o por cualquier otra estupidez, pero en realidad era la única persona en la que confiaba al cien por cien. Ella era cuatro años mayor que yo y había decidido venirse a Nueva York conmigo para intentar trabajar en el mundo de la moda, lo que había dado resultado, ya que estaba diseñando para una cantante inglesa.
Ella tenía el pelo rizado de color castaño, con unos ojos negros muy expresivos y un cuerpo muy bien cuidado. Yo, en cambio, tenía el pelo liso y negro como el carbón, ojos verde pardo y era más bajita que ella. Cuando nos encontraban juntas pensaban que eramos amigas porque no nos parecemos en nada.
Me eché un vistazo y confirme mi sospecha, era la misma que me había puesto yo.
"Lo siento. Me levanté tarde y me puse lo primero que vi. Lo sientooooo..." -respondí
Al instante recibí su respuesta.
"Si, claaaro. Tu te lo has puesto porque vas a ver al buenorro de Bieber."
Reí ante su respuesta.
"Puede ser :P Ponte algo mío, te lo presto."
"No lo dudes. Disfruta de tu niño. Tengo una reunión en media hora, te dejo."
"¡Que vaya bien!"
Y sí, quería que le fuera realmente bien porque ella había luchado mucho para llegar hasta ahí. Desde que era pequeña quería tener un futuro que estuviera relacionado con la moda, pero el día en el que Jessie J entró en su oficina, ella no podía creerlo, aunque sus diseños eran espectaculares.
***
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